La idea del nombre surgió hace poco, cuando alguien me preguntó qué era la música para mí, y terminé respondiendo que era la última trinchera. Me refiero al lugar donde uno puede resguardarse y buscar sosiego, pero donde también espera para hacer algo.
Sé que "trinchera" tiene un significado beligerante, pero más que una acción violenta o algo por el estilo, quiero pensarla como una excusa para buscar un lugar en donde nos recarguemos, nos protegemos y tomemos impulso para la acción, y luego simplemente jugar.
También porque me gusta pensar que en una trinchera uno puede juntar rápidamente diferentes elementos para convertirlos en uno solo, como cuando uno trincha distintos ingredientes en un plato de comida, que, combinados, hacen un bocado único.
Todos ustedes toman acciones constantemente, y los admiro por eso. Por eso me alegra que hayan respondido a la convocatoria.
La idea de que fuera la penúltima, y no la última, es que siempre termino romantizando mucho la música improvisada, y me gusta hacerlo. Me gusta pensar que es una acción desprendida de muchas lógicas que me aburren, y que sé que a muchos de ustedes acá también.
Me gusta imaginar que no es la última, porque creo que la última es la música misma o el eterno todo, y allá llegaremos algún día, supongo, cuando dejemos de habitar estos tiempos y cuando nuestra humanidad cumpla su ciclo. Pero sí quiero que sea la penúltima, por todo aquello que me propone el acto de improvisar, ya que todo esto sobre la escucha del presente, el desapego, acercarse al otro, etcétera (cosas que creo e imagino que ustedes han reflexionado, porque si no, no estaríamos aquí) me propone una especie de artificio sobre la vida eterna (como decía Cardew, quien vive en el presente, vive eternamente).
En fin, no me quiero extender más con esto; mejor lo dejamos para cuando con el grupo nos veamos, nos tomemos algo o simplemente toquemos.
( aproveché la coyuntura de la visita de la cantante Anne Liis Poll y el pianista Anto Pett en Colombia. Ellos vienen a hacer unos talleres de improvisación en la Javeriana y me dijeron que querían compartir y tocar, así que, bueno, a compartir y tocar).
Por ahora, bienvenidos a la penúltima trinchera.
Ahora bien, ¿qué sigue?
Pues nada, tocar. Pero me gustaría proponer un encuentro diferente esta vez.
Normalmente, los encuentros entre tantos improvisadores (somos 13, número cabalístico, pero fue el azar; quería que fuéramos 12 y no me conté a mí mismo) pueden ser un poco caóticos, lo cual no es un problema si son así, caóticos.
Pero eso ya ha sido experimentado, y sé que para algunos puede generar una sensación de prejuicio, ya que las improvisaciones entre tantas personas son complejas por el tema de la escucha.
Tampoco quiero proponer una dinámica musical de parámetros como groove, textura, tiempo y demás, porque para eso, más bien me pongo a escribir música para este gran ensamble (lo cual no es una mala idea, pero por ahora no me da el cuero). Y porque, al final, casi siempre, si no se hace con tiempo y con un buen ejercicio de ensayo, pasa lo que mencioné en el párrafo anterior. Y pues ese no es el punto.
No tengo problema en experimentar con una gran improvisación colectiva, pero como les decía, quisiera hacerlo diferente esta vez.
Lo que quiero proponerles es que piensen, de los músicos que están en esta lista, en una agrupación de no más de 4 personas. Y haremos piezas que inviten a una rotación constante de improvisadores, en diferentes constelaciones.
No importa si ya han tocado o no juntos; es lo que se imaginen. Quién sabe, de acá pueden surgir nuevas colaboraciones. Muchos acá no han tocado entre sí, o quizás quieran reforzar la tocada con alguien. No sé, cada quien.
También es una invitación a participar en un evento de música improvisada donde no solo estemos a la expectativa de la tocada, sino de la participación como público de la misma. En otras palabras, podría pensarse como un jam, supongo que sí, pero las lógicas del jam a veces terminan siendo lógicas de "vengan y miren/escuchen lo que hago", en lugar de "voy a ver qué hacen mis colegas y amigos". No sé, supongo que es la acidez y la amargura que me sugiere esa palabra. Pero bueno, así soy yo.
Pues nada, entonces dejo una serie de instrucciones:
Nos vemos el miércoles a las 8 p.m. en Matik. Esto es para dejar todo listo en el escenario; aunque no toquemos todos al mismo tiempo, la idea es que todo esté preparado para tocar, y solo sea subir y bajar. Esto incluye dejar listos los micrófonos para las voces, las 2 baterías, computadoras o sintetizadores, amplificadores y pedales. Básicamente, que solo sea conectar y tocar cada vez que suba un grupo (a mí me gusta llamarlos constelaciones).
Igualmente, nos vemos a las 8 p.m. para tener más o menos un diseño de las agrupaciones (dúos, tríos o cuartetos). Es posible que se repitan, entonces veremos cómo ajustar. (Lleven varias opciones).
No comuniquen su agrupación por el chat ni pregunten; confiemos a ver qué pasa ese día.
El miércoles haremos una pequeña mesa redonda antes de empezar y trazaremos el mapa de lo que va a suceder.
Las piezas pueden durar lo que quieran, pero les recomendaría tener en mente que son varias constelaciones. Piensen en el todo del concierto, pero también en la particularidad del evento.
Puede ser que solo toquen una vez, pero la idea es estar pendiente de la tocada. La invitación es a estar en el público cuando no se toque.
Si no les interesa proponer una agrupación, no lo hagan; seguramente quedarán incluidos en alguna. Igual, propongan. Sé que todo esto es muy "hippie", pero mejor "hippie" que acartonado y aburrido.
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